lunes, noviembre 11, 2013

Chantajistas en tiempos de elecciones (Joaquín García Huidobro)

Chantajistas en tiempos de elecciones

“O haces lo que quiero o paro el país”. Hay chilenos que parecen haber olvidado que no existe democracia sin legalidad, gente que cree que el respeto a la ley esta muy bien… para los otros. Ayer era los funcionarios del Registro Civil, de Correos o los mineros. En estos días son los empleados municipales. Todos ellos se encuentran en una posición única: ejercen funciones que son vitales para la marcha de la República y se aprovechan de ellas para extorsionarnos. 

Otro tanto sucedió con la huelga del Servicio Médico Legal, afortunadamente depuesta el viernes. Sus funcionarios estaban entregando solo cuatro cuerpos al día en Santiago, y uno en el resto del país. Parece que olvidaron lo que significa recibir a un hijo o un hermano muerto, ¿o ese principio era sagrado solo respecto de los hechos que ocurrieron hace años, pero ahora dejó de ser importante? Su servicio de Ginecología, que atiende a las mujeres que han sufrido violaciones, operó varias veces a media máquina. ¿Qué razón le darían a una mujer que estaba sufriendo la mayor angustia que cabe imaginar? ¿Le dirán que la época electoral es el momento preciso para negociar y que tuvo mala suerte al ser violada en noviembre? Los cadáveres y el dolor se transforman en un medio de presión.

Como si lo anterior fuera poco, los huelguistas afirman que sus paralizaciones son pacíficas. Triste concepto de paz el suyo. ¿Puede ser pacífico dejar a una ciudad sepultada de basura y poner en riesgo la salud de millones de chilenos? ¿No es acaso violento que se impida a una familia recibir a uno de los suyos que murió asesinado o en un accidente? Si uno les hace ver su despropósito, dicen que sus pretensiones son justas. Parecen afectados por la amnesia. En efecto, ¿no habíamos acordado vivir en un estado de derecho? ¿No habíamos renunciado a la posibilidad de hacernos justicia por mano propia, para tomar decisiones mirando el bien de Chile y no las presiones de grupos particulares?

Nadie piensa que esas autoridades son infalibles. Pero si a uno no le gusta el criterio con que reparten los recursos, siempre tiene la oportunidad de elegir a otros gobernantes. Hoy no es el momento de huelgas, sino de votar. Su proceder indica que los chantajistas no están dispuestos a jugar a la democracia.

La radicalidad que mostraron los huelguistas y la intransigencia de sus posturas parecen revelar un talante narcisista, la creencia de que su caso es completamente singular. ¿Solo ellos piensan ser víctimas de una injusticia? ¿No tendrían los bomberos iguales o mejores razones para paralizar, puesto que todavía no pueden reconstruir muchos cuarteles afectados por el terremoto? ¿No podrían irse a huelga los carabineros en protesta por las injusticias de que son objeto por parte de ciertos movimientos sociales? Pero no, los huelguistas pueden dormir tranquilos porque saben que bomberos y carabineros son distintos, no están dispuestos a tomar medidas que pongan en peligro los altos intereses de la Patria. 

Hasta hace unos días, los empleados municipales mantenían “turnos éticos”. Pero como había que apretar la presión, incluso ese mínimo ha sido atropellado: esos turnos se terminaron. Parece que la ética es buena solo mientras no moleste demasiado. Con esto, su movilización ha terminado de perder cualquier resto de legitimidad que le quedara.

Los hechos de estos días muestran que en Chile se ha instalado una cultura del chantaje. El que se limita a pedir es un tonto: hay que extorsionar, poner en peligro los bienes fundamentales de la convivencia.

¿Cómo explicar este penoso fenómeno? Las causas son variadas. De una parte, es el fruto de una educación que hace caso omiso de los deberes. Como dice Derrick, si una persona ha sido educada solo en términos de derechos, su reaccion natural sera preguntarse a cada paso: “¿Estoy disfrutando de todos mis derechos?”. Como el mundo es imperfecto, la respuesta será parcialmente negativa, y estará acompañada de una constante frustación y de sistemáticos reproches a la sociedad. El descontento que observamos en nuestro país no es una casualidad, sino el resultado de una pedagogía unilateral, que bajo la retórica del empoderamiento produce ciudadanos narcisistas. 

Por el contrario, cuando una persona ha sido educada en términos de deberes, tenderá espontáneamente a preguntarse si hace todo lo que debe a favor de los demás. La respuesta será, en parte, negativa, pero el descontento se dirigirá contra sí mismo y dará origen a un deseo de superación.

Detrás de esa serie de huelgas de servicios vitales para el país, está también la pérdida de la noción de bien común. “Si dañando al país consigo lo que quiero, ¿qué importa?”. Muchos conciben la vida social como un juego de suma cero, donde la única manera de que yo gane es que otro pierda. Para ellos no existe un bien que sea común a todos, sino solo una lucha despiadada de diversos intereses particulares que buscan capturar en su favor el aparato estatal. 

Pero no todos los que están en huelga son unos narcisistas. En ocasiones, su reacción es comprensible porque resulta el fruto de años de rencor acumulado: “Otros han abusado de mí, ahora es mi turno de desquitarme”. Sin embargo, es un mal camino, que solo consigue expandir el resentimiento. 

No faltan tampoco los políticos que han mantenido posiciones ambiguas. Les parece que estos desordenes les convienen. La sensación de ingobernabilidad comprobaría que solo ellos pueden gobernar. Otras veces es una simple cobardía: hay alcaldes que no se atreven a pasar un mal rato y dejan todo el problema a la autoridad.

El Gobierno ha mantenido una actitud responsable. Para él habría sido muy fácil ceder indiscriminadamente y dejar que la próxima administración se las arregle como pueda. Ha hecho bien al proceder con firmeza, aun a riesgo de ser poco simpático. Así debe ser. La democracia es una formidable apuesta a favor del sentido común de las personas, de su capacidad de moderar sus demandas y pensar en el bien social. En suma, no consiste en tratar a los ciudadanos como niños consentidos.

jueves, septiembre 05, 2013

Visión editorial de El Mercurio a 40 años del fin de la UP

Editorial Jueves 05 de septiembre de 2013

Un país diferente

Las privaciones y frustraciones que sufría la sociedad chilena hace cuatro décadas ayudan a explicar las pasiones y aberraciones de la vida política de entonces, aunque no las justifican...         Han sido educativos varios de los reportajes de prensa y los programas de televisión sobre los sucesos de 40 años atrás. Es útil la reflexión histórica para entender mejor el presente y procurar un futuro sin los errores del pasado. Son estremecedoras las escenas de violencia, tanto previas como posteriores al golpe militar del 11 de septiembre. En un obvio intento de aprovechamiento político, algunos postulan que las protestas estudiantiles recientes son la versión contemporánea de las luchas callejeras que nos muestran las fotografías y filmaciones de entonces. Pero, más allá de uno que otro detalle en el entorno, lo que esas imágenes no pueden revelar es que el Chile de hoy es ya tan distinto del de comienzos de los años 70 como si fuese otro país.

Los indicadores macroeconómicos son perentorios. Lo que el IPC sube hoy a lo largo de todo un año, en 1973 lo hacía en menos de una semana. El ingreso promedio de los chilenos es hoy casi 3 veces superior al de 1970-73, medido en moneda de poder adquisitivo comparable. Ninguna otra de las mayores economías latinoamericanas muestra un desarrollo semejante. De hecho, en 1973 nuestro ingreso per cápita era 57% inferior al de Venezuela, 46% al de Argentina, 44% al de México, 18% al de Perú y 16% al de Brasil. Hoy los superamos a todos.

Podría alguien pensar que el progreso se circunscribe a lo económico, pero no es así. Por ejemplo, la mortalidad infantil era a comienzos de los años 70 similar a la de México y muy superior a la de Argentina, Uruguay y Venezuela; hoy es inferior a la de todos esos países. Algo semejante se observa en la esperanza de vida al nacer: 4 décadas atrás, en 9 países latinoamericanos la gente vivía más allá de los 60 años que, en promedio, lográbamos nosotros; hoy, con 79 años de vida, somos los más longevos, junto a Costa Rica y Cuba. Nuestros avances en alfabetización y escolaridad son también notables: en promedio los chilenos estudian hoy el doble de tiempo que en el pasado, la cobertura de educación media es casi plena y el número de estudiantes de educación superior se ha multiplicado por 6.

Suele plantearse que nuestros avances han sido a expensas de una mayor desigualdad y que Chile sería uno de los países de mayores diferencias de ingresos en América Latina. Eso no es efectivo. Desde luego, los mejoramientos en salud y educación han beneficiado más a quienes tenían menos y, según Cepal, la pobreza ha descendido desde 45 a 10% en los últimos 25 años. Otro tanto ocurre con la disponibilidad y calidad de los servicios básicos. Por ejemplo, en 1973 solo un tercio de los hogares tenía alcantarillado, y dos tercios agua potable. Hoy la cobertura de ambos servicios es de 96 y 99%, respectivamente. La disparidad en la distribución de la renta, medida según el coeficiente Gini, es comparativamente alta, pero luego de haberse incrementado durante el gobierno militar, ha ido descendiendo paulatinamente, y en los últimos tres años es levemente inferior a lo que fue en 1970-73. En cualquier caso, una vez que se hacen las correcciones metodológicas para que las mediciones sean comparables, no es cierto que la desigualdad de ingresos en Chile sea una de las mayores del continente, sino todo lo contrario.

Las privaciones y frustraciones que sufría la sociedad chilena hace cuatro décadas ayudan a explicar las pasiones y aberraciones de la vida política de entonces, aunque no las justifican. Los progresos económicos y sociales conseguidos muestran que, más allá de errores y rudezas, las duras reformas emprendidas, algunas de las cuales aún resultan impopulares, finalmente dieron buen fruto. No es por autocomplacencia que hay que recordar cómo estábamos hace 40 años y apreciar la distancia recorrida, porque todavía Chile tiene mucho más que avanzar para llegar a ser un país próspero y justo: es para no desandar camino y para asegurarnos de que construimos sobre lo ya edificado.

lunes, julio 29, 2013

Francisco, Papa Revolucionario.

Habla de la corrupción en el Vaticano, del papel de la mujer, de su relación con Benedicto XVI, de la actitud de la Iglesia ante las nuevas familias y de los divorciados



29 de julio de 2013.- (Andrea Tonielli / Vatican Insider / Camino Católico) Una hora y veinte minutos, sometido al fuego de las preguntas abiertas, sin previa preparación. Una conferencia de prensa verdadera, a la que ha querido someterse inmediatamente después de despegar, a pesar del cansancio por la semana que acaba de pasar en Río de Janeiro. El Papa Francisco ha sorprendido a los periodistas y a su séquito pues no ha dejadoó de responder ninguna de las preguntas, incluso las más delicadas y espinosas, desde la reforma del IOR hasta el caso Ricca, desde el lobby gay hasta los vatileaks o el contenido de la bolsa de cuero negra que llevó personalmente como equipaje de mano al subir al avión. Esta es la transcripción de la conversación en la que Bergoglio ha demostrado que se encuentra como pez en el agua con los periodistas. Es evidente que desde el inicio había planeado hacer esta conferencia de prensa durante el vuelo de regreso y no durante la ida. Para evitar que las noticias y títulos centrales pudieran opacar de alguna manera su viaje a Brasil en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. La enésima prueba de que el nuevo Papa se comunica más que bien y que no necesita de ningún spin doctor. Esto es lo que ha dicho el Papa Francisco:

El IOR debe cambiar

Todo lo que tenía que hacer venía de las congregaciones generales de los cardenales antes del cónclave. La comisión de ocho cardenales es importante que provengan del exterior va en la línea de una maduración de la relación entre sinodalidad y primado. Hay muchas propuestas de reforma, por ejemplo de la Secretaría de Estado. Y luego está el IOR. Yo había pensado tratar la cuestión el año que viene, pero la agenda cambió por los problemas que hay que afrontra y que ustedes bien conocen. ¿Cómo reformarlo y sanar lo que hay que sanar? Nombré a una comisión referente. No sé cómo va a acabar el IOR: algunos dicen que sería mejor tener un banco, otros que sería necesario un fondo de ayuda, otros más dicen que lo cerremos.  Confío en el trabajo de las personas del IOR y de la comisión que están trabajando por todo esto. No les puedo decir cómo va a terminar: se prueba, se busca... Pero lo cierto es que, se convierta en lo que se convierta el IOR, se necesita transparencia y honestidad.

El contenido de la bolsa de cuero negra

Me subí al avión llevando mi bolsa porque es lo que hago siempre. ¿Qué tiene adentro? El rastrillo, el breviario, la agenda y un libro para leer. He traído un libro sobre Santa Teresita, de la que soy muy devoto. Es normal llevar una bolsa, tenemos que ser normales, tenemos que acostumbrarnos a ser normales y me sorprende el hecho de que la imagen de la bolsa haya dado la vuelta al mundo. Como sea, no era la valija con la llave para la bomba nuclear...

¿Por qué siempre pide Reza por mí”?

Reza por mí”, siempre lo he pedido. Cuando era sacerdote lo pedía menos, no tanto. Empecé a pedirlo más como obispo. Me siento con muchos límites y con muchos problemas, también soy pecador. Esta petición es algo que me viene de dentro. También le pido a la Virgen que rece por mí. Es una costumbre que me viene del corazón, siento que tengo que pedir.

Los cambios y las resistencias en la Curia

Los cambios fueron pedidos por los cardenales antes del cónclave, y luego también está lo que viene de mi personalidad. Por ejemplo, no podría vivir solo en el palacio. El aposento papal es grande, pero no es lujoso. Pero yo no puedo vivir solo con un pequeño grupito de personas. Necesito vivir con gente, encontrar a la gente. Por esto dije que son motivos psiquiátricos: psicológicamente no podía y cada uno debe partir de su forma de ser. De cualquier manera, también los aposentos de los cardenales son austeros, al menos los que conozco. Cada uno tiene que vivir como el Señor le pide que viva. Pero una austeridad general es necesaria para todos los que trabajan al servicio de la Iglesia. Hay santos en la Curia, obispos, sacerdotes y laicos, gente que trabaja. Muchos que van con los pobres a escondidas o que en su tiempo libre van a alguna Igleisa y ejercen el ministerio. Y luego, hay algunos que no son tan santos y estos provocan ruido, porque, como saben ustedes, hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. A mí me provoca dolor ver que suceden estas cosas. Tenemos este monseñor (referencia a Nunzio Scaranno, contador de la APSA, ndr) que está en la cárcel. ¡No fue a dar a la cárcel porque se pareciera a la beata Imelda! (expresión muy usada en Argentina para decir que uno no tiene nada de sanro, ndr). Creo que la Curia ha caído un poco con respecto al nivel que tenía hace tiempo, cuando había algunos viejos curiales fieles que hacían su trabajo. Necesitamos el perfil de los viejos curiales. Si hay resistencias, todavía no las he visto. Es cierto que no he hecho tantas cosas, pero he encontrado ayuda, gente leal. A mí me gusta la gente que me dice: Yo no estoy de acuerdo. Estos son los colaboradores leales.  Y luego, también están los que delante de ti te dicen qué bonito de todo, pero después, tal vez, salen con lo contrario. Pero de estos todavía no he visto.

¿Por qué no dijo nada en Brasil sobre el  aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo?

La Iglesia ya se ha expresado sobre estos argumentos, la Iglesia y atiene una psotura clara. Y durante el viaje a Brasil era necesario hablar positivamente.

¿Por qué definirse obispo de Roma no significa ser un primus inter pares?

No hay que leer más allá de las palabras. El Papa es obispo, es obispo de Roma y de allí le viene todo. Es el primer título, luego vienen los demás títulos. Pero creer que esto quiere decir que el sucesor de Pedro es un primus inter pares significa ir más allá. Subrayar el primer título, el del obispo de Roma, puede favorecer el ecumenismo.

El trabajo de obispo y de Papa...

Hacer el trabajo de obispo es una cosa hermosa. El problema es cuando alguien busca este trabajo, ya no es tan hermoso. Siempre existe el peligro de pensarse un poco superiores a los demás, de sentirse un poco príncipes. Pero el trabajo de obispo es hermoso: debe estar delante de los fieles, en medio de los fieles y detrás de los fieles. Cuando era obispo en Buenos Aires era feliz. Era muy feliz. ¿Y cómo Papa? También. Cuando el Señor de pone allí, si aceptas hacer lo que el Señor te pide, eres feliz.

Sobre los próximos viajes...

No hay nada definido. En Italia espero poder ir algún día a visitar a mis parientes en el Piamonte, me gustaría ir con el avión, un solo día. El patriarca Bartolomeome invitó a Jerusalén en ocasión de los cincuenta años del viaje de Pablo VI y del encuentro con Atenágoras, que sucedió allí. Hay una invitación del gobierno israelí y de la Autoridad Palestina. Por ahora no iré a América Latina: un Papa latinoamericano que ya hizo el primer viaje a América Latina. ¡Hasta luego! En este momento la Argentina puede esperar. Hay que ir a Asia, a donde Benedicto XVI no pudo ir. El 30 de noviembre quería ir a Constantinopla, para la fiesta de San Andrés, pero no me es posible por motivos de agenda. También hay una invitación a Fátima...

El Papa que se siente enjaulado...

¡¿Saben cuántas veces he tenido ganas de ir por las calles de Roma?! Me gusta tanto. Caminar es una de mis costumbres, era un sacerdote callejero. Pero estos de la Gendarmería son buenos, muy buenos, y ahora me permiten hacer algunaque otra cosa más.

El problema de la seguridad en Brasil

A propósito de todas las hipótesis que se hicieron sobre la seguridad: no hubo ni un solo accidente en toda Río de Janeiro en estos días. Y todo fue espontáneo. Con menos seguridad pude abrazar a la gente. Quise confiar en un pueblo. Es cierto, que existía el riesgo de que hubiera algún loco, pero también está el Señor. No quise el coche blindado porque no se puede blindar a un obispo de su pueblo. Prefiero la locura de esta cercanía que nos hace bien a todos.

Sobre el avión papal

Este avión no tiene cosas especiales, no hay cama. Hice una petición, con una carta o con una llamada, para decir que no quería lujos especiales en el vuelo.

Las mujeres en la Iglesia

Una Iglesia sin las mujeres es como el colegio apostólico sin María. El papel de las mujeres es el ícono de la Virgen. Y la Virgen es más importante que los apóstoles. La Iglesia es femenina porque es esposa y madre. Se debe seguir adelante, no se puede entender una Iglesia sin mujeres activas en ella. Pongo un ejemplo que no tiene nada que ver con la Iglesia: para mí, la mujer del Paraguay es una mujer gloriosa. Después de la guerra (referencia a la sangrienta guerra entre Paraguay y Brasil que comenzó en 1864 y terminó en 1870, ndr.) quedaba un hombre por cada ocho mujeres. Y tomaron la decisión de tener hijos, de salvar la patria, la cultura, la fe. En la Iglesia se debe pensar en la mujer desde esta perspectiva. No hemos hecho todavía una teología de la mujer. Hay que hacerlo. En cuanto a las ordenaciones de las mujeres, la Iglesia ha hablado y ha dicho que no. Juan Pablo II se pronunció con una formulación definitiva, esa puerta está cerrada. Pero recordemos que María es más importante que los apóstoles obispos, y así la mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y los sacerdotes.

La relación con Benedicto XVI

La última vez que ha habido dos o tres Papas juntos no se hablaban, sino que luchaban para ver quién era el verdadero Papa. Yo a Benedicto XVI lo quiero mucho, es un hombre de Dios, un hombre humilde, un hombre que reza. Me puse feliz cuando fue elegido Papa, y luego vimos su gesto de la renuncia... para mí es un grande. Ahora vive en el Vaticano y hay algunos que me preguntan si me estorba. No, para mí es como tener a un sabio en la casa. Cuando en la familia está el abuelo, lo veneran y lo escuchan. Benedicto XVI no se entromete. Para mmí es como tener al abuelo en casa, es mi papá. Si tengo una dificultad, puedo ir a hablar con él, como hice con el gran problema de vatileaks... Cuando recibió a los cardenales el 28 de febrero para despedirse, dijo: entre ustedes está el nuevo Papa, a quien yo, desde ahora, prometo mi obediencia. ¡Es un grande!

Sobre los sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar

Es un tema que vuelve siempre. Creo que ha llegado el tiempo de la misericordia, este cambio de época en el que hay muchos problemas incluso en la Iglesia, incluso en el testimonio no tan bueno de algunos sacerdotes. El clericalismo ha herido a mucha gente y hay que ir a curar a estos heridos con la misericordia. La Iglesia es mamá, y en la Iglesia se debe encontrar misericordia para todos. Y no hay que esperar a los heridos, hay que ir a encontrarlos. Creo que ha llegado el momento  de la misericordia, como había intuido Juan Pablo II que instituyó la fiesta de la Divina Misericordia. Los divorciados pueden hacer la comunión, son los divorciados en segunda unión los que no pueden. Hay que ver el tema en la totalidad de la pastoral matrimonial. Abro un paréntesis: los ortodoxos, por ejemplo, siguen la teología de la economía y permiten una segunda unión. Cuando se reúna el grupo de los ocho cardenales, en los primeros tres días de octubre, trataremos sobre cómo seguir adelante en la pastoral matrimonial. Estamos en camino para una pastoral matrimonial más profunda. Mi predecesor en Buenos Aires, el cardenal Quarracino, siempre decía: Para mí, la mitad de los matrimonios son nulos, porque se casan sin saber que es para siempre, porque lo hacen por conveniencia social, etc.... También debemos estudiar el tema de la nulidad.

Todavía me siento jesuita

Los jesuitas deben obedecer al Papa, pero si el Papa es jesuita, ¿a quién obedece? ¿Tal vez al superior general? Me siento jesuita como espiritualidad, pero me veo como jesuita y pienso como jesuita, pero no hipócritamente.

El caso Vatileaks

Cuando fui a ver a Benedicto XVI a Castel Gandolfo, vi que en la mesita había una caja y un sobre. Benedicto XVI me dijo que en la caja estaban todos los testimonios de las personas escuchadas por la comisión de los tres cardenales sobre el caso vatileaks, mientras que en el sobre estaban las conclusiones, el resumen final. Benedicto XVI sabía todo de memoria. Es un problema enorme, ¡pero no me espanté!

Los ortodoxos

Las Iglesias ortodoxas han conservado una liturgia muy hermosa. Nosotros hemos perdido un poco el sentido de la adoración. Ellos adoran a Dios y le cantan, no cuentan el tiempo. Una vez, hablando sobre Europa occidental y sobre su Iglesia, me dijeron que ex Oriente lux, ex Occidente luxus, es decir del Oriente la luz, del Occidente el consumismo y el bienestar que tanto daño hacen. En cambio, los ortodoxos conservan esta belleza de Dios en el centro. Cuando se lee a Dostoievsky, se percibe cual es el alma rusa y oriental. Nos hace mucha falta este aire fresco del Oriente, esta luz.

Las acusaciones contra Ricca, prelado del IOR

En el caso de monseñor Ricca (el prelado del IOR acusado inmediatamente después de su nombramiento de conducta escandalosa por hechos de hace 13 años, cuando prestaba servicio en la nunciatura de Uruguay, ndr), hice lo que el Derecho canónico indica que hay que hacer: una investigación previa. No se encontró nada de aquello de lo que se le acusaba. ¡No encontramos nada! Muchas veces en la Iglesia se van a buscar los pecados de juventud y luego se publican. No estamos hablando de delitos, como abusos en contra de menores, que son una cosa muy diferente, sino de pecados. Pero si un laico, o sacerdote o monja ha cometido un pecado y luego se convirtió y se confesó, el Señor perdona, olvida. Y nosotros no tenemos el derecho de no olvidar, porque corremos el riesgo de que el Señor no se olvide de nuestro pecados. Muchas veces pienso en San Pedro, que cometió el pecado más grave, renegó a Cristo. Sin embargo lo hicieron Papa. Pero, repito, sobre monseñor Ricca no encontramos nada.

El lobby gay

Se escribe mucho sobre el lobby gay. Yo, hasta ahora, no he encontrado en el Vaticano a nadie que haya escrito gay en su documento de identidad. Hay que distinguir entre ser gay, tener esta tendencia, y hacer lobby. Los lobby todos, no son cosas buenas. Si una persona es gay y busca al Señor con buena voluntad, ¡¿quién soy yo para juzgarlo?! El Catecismo de la Iglesia católica enseña que no hay que discriminar, sino acoger. El problema no es tener esta tendencia, el problema es hacer grupos, y esto vale tanto para los lobbies de negocios, políticos o masónicos.


viernes, mayo 17, 2013

El Chile Real por David Gallagher

Según las encuestas del CEP, el Chile real, el de las mayorías, es muy distinto del que perciben sus élites, sean estas políticas, empresariales, sindicales, estudiantiles o periodísticas. Las élites nos hacen creer que vivimos en un país polarizado y crispado. Pero la verdad es que son solo ellas las que padecen de esa excitada condición. Los chilenos de a pie son en gran parte apolíticos y moderados. Lejos de estar en una acendrada lucha ideológica, privilegian su vida privada, su trabajo, sus amistades y sus diversiones.

En agosto del 2012, el CEP descubrió que la mitad de sus encuestados "nunca"-repito, "nunca"- leía noticias sobre política, y muchos más no conversaban "nunca" sobre política con sus amigos o familia, siendo que los que sí incurrían "frecuentemente" en esas prácticas apenas superaban el 10%. Un aplastante 81% no seguía "nunca" temas políticos en medios sociales como Facebook o Twitter, y un porcentaje similar no trataba "nunca" de influir políticamente en alguien. Quizás estos resultados cambien algo en un año electoral, pero son impactantes, dada la imagen que existe de que vivimos en pie de guerra, pendientes de la próxima convocatoria a movilizarnos. Por otro lado, en este país de individuos y de gente de familia, una gran mayoría de los encuestados simplemente no se deja convencer por las categorías políticas ofrecidas por las élites. Si se les pregunta si son de la Concertación o de la Alianza, o de izquierda, derecha o centro, gana de lejos un olímpico "Ninguno". Ni siquiera el "centro" atrae, si bien las respuestas a otras preguntas indican que, en la práctica, la mayor parte de los encuestados se ubica en ese espacio.

Un país así tendría que ser muy estable, pero en Chile las élites nos están llevando a posiciones tan extremas, que hay dudas respecto de nuestra futura gobernabilidad. Algunos culpan a la combinación de primarias y voto voluntario. Según los expertos, conduce a que voten solo los militantes más duros de las coaliciones políticas, lo que hace que los candidatos se vuelvan ellos mismos muy duros. Pero la polarización de las élites parece haber comenzado mucho antes, y no es la primera vez que se da. ¿O creemos que una mayoría de chilenos quería, hacia 1970, llegar a los feroces enfrentamientos que hubo?

Entre las élites sí hay, desde luego, mucha gente moderada, incluso gente de espíritu transversal, pero esta apenas se atreve a manifestarse, porque en el ambiente actual hay que andar con la camiseta puesta. Por otro lado se ha instalado en el país un mito, según el cual ya no son posibles los acuerdos transversales, porque "Chile cambió", y estos acuerdos ya no son tolerados por una "calle" o una "ciudadanía" que los considera inmorales. Este mito ha sido impuesto en parte por las élites estudiantiles que, con envidiable desparpajo, pretenden representar a esa ciudadanía, pero ha invadido a las élites en general, porque estas temen contrariar a quienes las intimidan con su juventud.

Que los estudiantes ataquen acuerdos de antaño es entendible, porque no participaron en ellos, teniendo mucho que aportar, y no hay duda de que los acuerdos futuros tienen que ser muy inclusivos. Pero eso no significa que no se den, ni que sea más moral librarse a una guerra de todos contra todos. Los países que avanzan son los que generan consensos, como el México de hoy, donde se firmó hace poco un envidiable "Pacto por México" para enfrentar los problemas estructurales del país. No tenemos alternativa a un acuerdo similar en Chile. Por eso es tan vital cuidar -y confío en que podremos- las instituciones autónomas y transversales que tengamos. En el ámbito público, una como el Banco Central, y en el privado, una como el CEP.

jueves, abril 25, 2013

Una visión boliviana de la demanda en La Haya


Frondosa e inútil delegación a La Haya

(De www.eldiario.net de Bolivia)

Los días precedentes estuvieron cargados por todo lo que se dijo que se haría para las gestiones ante el Tribunal Internacional de La Haya. Todo culminó con el hecho de que partió una delegación muy numerosa presidida por el Canciller de la República e integrada por el ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, designado recientemente como “responsable de los planteamientos que se hagan en relación con el problema marítimo”.
La numerosa delegación estuvo integrada por el Canciller, varios ministros, ex ministros y, por supuesto, personajes del MAS que tienen funciones en la burocracia gubernamental. El hecho, por lo insólito, alarmó a la comunidad nacional que, desde todo punto de vista, considera como inútil semejante despliegue de funcionarios oficiales que si bien ocupan cargos en el Gobierno, seguramente no saben ni entienden lo que vayan a hacer en el Tribunal Internacional cuando se sabe que solamente hay que entregar el documento y, a lo más, presentar al embajador Rodríguez Veltzé como responsable de las gestiones que vayan a efectuarse.
La extrañeza es grande porque, en primer lugar, el embajador Rodríguez, ex Presidente de la República, recién fue posesionado hace pocos días; segundo, él, como responsable, debió escoger a su personal -sin fijarse en militancias y cuestiones partidistas- y prácticamente, desconociendo su investidura, se designó a personas que nada tienen que ver con el caso (aunque el problema marítimo sea de interés de todos los bolivianos); tercero, el documento se lo debió presentar después de serios estudios, análisis pormenorizados, acumulación de antecedentes y examen de documentos, de casos similares que haya habido en el mundo sobre presentación de reclamos, etc.; cuarto, la delegación está integrada por personas ajenas, sólo con pocos conocimientos históricos, y, en algunos casos, con personas cuyos antecedentes no son respetables (casos Chaparina, lucha anticorrupción, por ejemplo).
La verdad es que el caso se presenta como un “show” a representarse por malos actores, y todo con fines netamente demagógicos y populistas que, en vez de mostrar posiciones ajustadas a la verdad y la justicia, lo que hace es darle más razón a Chile que ha preparado sus respuestas con la anticipación, cuidado, esmero, dedicación y responsabilidad durante mucho tiempo. Esta vez más, jugamos en nombre del país un triste papel, en el que el protagonista principal es un ex Presidente que, en todo caso, debió cumplir, desde el comienzo, una posición más digna estudiando el caso, sometiendo el problema a juristas, ex cancilleres, ex presidentes de la República y hombres probos y especialistas en derecho internacional y, recién, luego de mucho tiempo, hacer la presentación respectiva que, además, con seguridad que La Haya tomará mucho tiempo en verlo y, mucho más, en resolver lo que buscamos o desestimar nuestros reclamos.
Lamentable es que en este problema, Chile -aun sin tener razón- esté mejor preparado y sepa encarar un asunto que es vital por su importancia.

martes, abril 09, 2013

Thatcher, su Legado y la Inspiración Chilena, por Hermógenes Pérez de Arce

Margaret Thatcher personificaba lo que debe ser un gobernante de derecha, primero, porque su ideario estaba fundado en la libertad personal; segundo, porque tenía el coraje político para hacer prevalecer la ley y el orden; tercero, porque simbolizaba el respeto por los derechos personales; y cuarto, porque defendía la solidez familiar.

No puede hablarse de un gobierno de derecha si no hay autoridad. Cuando, estando ella en el poder, los politizados sindicatos del carbón se alzaron en huelga ilegal en su contra y resistieron su plan de tornar económica esa actividad, cerrar yacimientos con pérdidas y privatizar otros, simplemente se les enfrentó y nunca cejó. Como la izquierda hace en todas partes, esos sindicalistas optaron por las "tomas" y el empleo de la fuerza, pero Margaret Thatcher desplegó con energía la fuerza policial y si bien le tomó años y enormes pérdidas económicas, al final consiguió derrotar el movimiento ilegal. Un dicho suyo reflejó su actitud en esos cruciales años: "Soy extraordinariamente paciente, siempre que al final se haga lo que yo pienso".

Era adversaria del "consenso". Lo definía como "el proceso de abandonar todas las convicciones, valores y políticas en busca de algo en lo cual nadie cree, pero nadie objeta. Es el proceso de eludir los propios problemas que se debe resolver, meramente porque no es posible obtener un acuerdo en el camino a seguir. ¿Qué gran gesta podría haber sido emprendida bajo la enseña de 'yo combato por el consenso'?"

Cuando tenía la convicción de estar en la razón nada la arredraba. Por eso emprendió una tarea enorme, ardua y distante cuando Argentina invadió las Malvinas, y no cejó hasta la victoria final. Como, recién consumada esa invasión, el presidente argentino Galtieri anunció que ella era "el primer paso en la recuperación del territorio insular argentino", y era sabida su ambición de usurpar las islas australes chilenas, nuestro país se convirtió en aliado natural de Gran Bretaña y actuó como tal, en forma discreta y sin dejar de cuidar la relación con nuestros vecinos. Porque sabíamos que el siguiente zarpazo venía contra nosotros. 

Ese episodio creó un vínculo especial entre el gobierno militar chileno y el régimen conservador británico, que el laborismo, como es habitual en todo socialismo, después traicionó, haciéndose cómplice de la ilegal detención en territorio inglés del ex presidente chileno Augusto Pinochet. Margaret Thatcher se jugó entera por su libertad, que al final se logró. Y se jugó por ella más que muchos chilenos, porque desgraciadamente el temple de ella dejó de darse en estas tierras junto con el término del siglo XIX.

La conocí personalmente y también conocí la inspiración de sus políticas a través de su economista de mayor confianza, Alan Walters, y sé de primera mano cuánto incidieron las políticas liberalizadoras, desregulatorias y privatizadoras del Gobierno Militar en las que se practicaron en Gran Bretaña. Por eso siempre he sostenido que el eco mundial alcanzado por la revolución económico-social chilena de 1973-1990 fue enorme y resonó más allá de nuestras fronteras.

Margaret Thatcher tuvo gran influencia en la caída de la Cortina de Hierro y del Muro de Berlín. Apenas conoció a Michail Gorbachov dijo: "Este es un hombre con el cual podemos hacer negocios", porque advirtió desde un principio que estaba comprometido con la libertad y los derechos humanos de sus semejantes. Como, por definición doctrinaria, no pueden coexistir el socialismo con la libertad y el respeto a los derechos humanos, el derrumbe de las tiranías comunistas era sólo cuestión de tiempo.

Cuando Brezhnev dijo: "Nunca más permitiremos otro Chile" y fundó su ataque a nuestro país en sus críticas a supuestos atropellos a los derechos humanos acá, no se dio cuenta de que ponía una bomba de tiempo bajo su sillón de dictador omnímodo, pues el resto del mundo le exigió a él respetar los derechos humanos y por eso su régimen se vino abajo aún antes del término democrático del gobierno militar chileno, al cual intentó en vano derrocar por la fuerza de las armas, el terrorismo y la contrapropaganda, que así y todo nos hizo un tremento daño. Por eso el historiador Paul Johnson ha escrito que el último éxito propagandístico que obtuvo el KGB "antes de ser lanzado al basurero de la historia" fue la campaña de desprestigio contra Pinochet.

Cuando Margaret Thatcher y yo conversamos con motivo de una entrevista que le hice para "El Mercurio", le pregunté sobre sus autores preferidos. Me dijo que, en lo filosófico y moral, era C. S. Lewis, y en lo económico-social, Friedrich von Hayek, y en particular su libro "Camino de Servidumbre". "Está todo ahí", me expresó, refiriéndose a esta obra.

Ha muerto una figura política de derecha posiblemente irreproducible y única. Está por verse que exista en el mundo contemporáneo alguien capaz de llenar el vacío de coraje, energía y pensamiento que deja su partida.