Habla de
la corrupción en el Vaticano, del papel de
la mujer, de su relación con Benedicto XVI, de la
actitud de la Iglesia ante las nuevas familias y de los divorciados
29 de
julio de 2013.- (Andrea Tonielli / Vatican Insider / Camino Católico) Una hora y veinte minutos, sometido al fuego de las
preguntas abiertas, sin previa preparación. Una conferencia de prensa
verdadera, a la que ha querido someterse inmediatamente después de despegar, a pesar del cansancio por la semana que
acaba de pasar en Río de Janeiro. El Papa
Francisco ha sorprendido a los periodistas y a su séquito pues no ha dejadoó
de responder ninguna de las preguntas, incluso las más delicadas y espinosas, desde la reforma del IOR hasta el
caso Ricca, desde el “lobby gay” hasta los “vatileaks” o el contenido de la bolsa de cuero negra que llevó personalmente como equipaje de mano al subir al avión. Esta es la transcripción
de la conversación en la que Bergoglio ha
demostrado que se encuentra como pez en el agua con los periodistas. Es evidente
que desde el inicio había planeado hacer esta
conferencia de prensa durante el vuelo de regreso y no durante la ida. Para
evitar que las noticias y títulos centrales pudieran
opacar de alguna manera su viaje a Brasil en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. La enésima prueba de que el nuevo Papa se comunica más que bien y que no necesita de ningún “spin doctor”. Esto es lo que ha dicho el Papa Francisco:
El IOR
debe cambiar
Todo lo
que tenía que hacer venía de las congregaciones generales de los cardenales antes
del cónclave. La comisión de ocho cardenales –es importante que provengan
del exterior– va en la línea de una maduración de la relación entre sinodalidad y primado. Hay muchas propuestas de
reforma, por ejemplo de la Secretaría de Estado. Y luego está el IOR. Yo había pensado tratar la cuestión el año que viene, pero la agenda
cambió por los problemas que hay que
afrontra y que ustedes bien conocen. ¿Cómo reformarlo y sanar lo que hay que sanar? Nombré a una comisión “referente”. No sé cómo va a acabar el IOR: algunos
dicen que sería mejor tener un banco, otros
que sería necesario un fondo de ayuda,
otros más dicen que lo cerremos. Confío en el trabajo de las
personas del IOR y de la comisión que están trabajando por todo esto. No les puedo decir cómo va a terminar: se prueba, se busca... Pero lo cierto es
que, se convierta en lo que se convierta el IOR, se necesita transparencia y
honestidad.
El
contenido de la bolsa de cuero negra
Me subí al avión llevando mi bolsa porque es
lo que hago siempre. ¿Qué tiene adentro? El rastrillo, el breviario, la agenda y un
libro para leer. He traído un libro sobre Santa
Teresita, de la que soy muy devoto. Es normal llevar una bolsa, tenemos que ser
normales, tenemos que acostumbrarnos a ser normales y me sorprende el hecho de
que la imagen de la bolsa haya dado la vuelta al mundo. Como sea, no era la
valija con la llave para la bomba nuclear...
¿Por qué siempre pide “Reza por mí”?
“Reza por mí”, siempre lo he pedido. Cuando era sacerdote lo pedía menos, no tanto. Empecé
a pedirlo más como obispo. Me siento con
muchos límites y con muchos problemas,
también soy pecador. Esta petición es algo que me viene de dentro. También le pido a la Virgen que rece por mí. Es una costumbre que me viene del corazón, siento que tengo que pedir.
Los
cambios y las resistencias en la Curia
Los
cambios fueron pedidos por los cardenales antes del cónclave, y luego también está lo que viene de mi personalidad. Por ejemplo, no podría vivir solo en el palacio. El aposento papal es grande,
pero no es lujoso. Pero yo no puedo vivir solo con un pequeño grupito de personas. Necesito vivir con gente, encontrar
a la gente. Por esto dije que son motivos “psiquiátricos”: psicológicamente no podía y cada uno debe partir de su
forma de ser. De cualquier manera, también los aposentos de los
cardenales son austeros, al menos los que conozco. Cada uno tiene que vivir
como el Señor le pide que viva. Pero una
austeridad general es necesaria para todos los que trabajan al servicio de la Iglesia.
Hay santos en la Curia, obispos, sacerdotes y laicos, gente que trabaja. Muchos
que van con los pobres a escondidas o que en su tiempo libre van a alguna
Igleisa y ejercen el ministerio. Y luego, hay algunos que no son tan santos y
estos provocan ruido, porque, como saben ustedes, hace más ruido un árbol que cae que un bosque que
crece. A mí me provoca dolor ver que
suceden estas cosas. Tenemos este monseñor (referencia a Nunzio
Scaranno, contador de la APSA, ndr) que está
en la cárcel. ¡No fue a dar a la cárcel porque se pareciera a la
beata Imelda! (expresión muy usada en Argentina para
decir que uno no tiene nada de sanro, ndr). Creo que la Curia ha caído un poco con respecto al nivel que tenía hace tiempo, cuando había
algunos viejos curiales fieles que hacían su trabajo. Necesitamos el
perfil de los viejos curiales. Si hay resistencias, todavía no las he visto. Es cierto que no he hecho tantas cosas,
pero he encontrado ayuda, gente leal. A mí me gusta la gente que me
dice: “Yo no estoy de acuerdo”. Estos son los colaboradores leales. Y luego, también
están los que delante de ti te
dicen “qué bonito” de todo, pero después, tal vez, salen con lo contrario. Pero de estos todavía no he visto.
¿Por qué no dijo nada en Brasil sobre el aborto y el matrimonio entre personas del
mismo sexo?
La
Iglesia ya se ha expresado sobre estos argumentos, la Iglesia y atiene una
psotura clara. Y durante el viaje a Brasil era necesario hablar positivamente.
¿Por qué definirse obispo de Roma no significa ser un “primus inter pares”?
No hay
que leer más allá de las palabras. El Papa es obispo, es obispo de Roma y de
allí le viene todo. Es el primer título, luego vienen los demás
títulos. Pero creer que esto
quiere decir que el sucesor de Pedro es un “primus
inter pares” significa ir más allá. Subrayar el primer título, el del obispo de Roma, puede favorecer el ecumenismo.
El
trabajo de obispo y de Papa...
Hacer el
trabajo de obispo es una cosa hermosa. El problema es cuando alguien busca este
trabajo, ya no es tan hermoso. Siempre existe el peligro de pensarse un poco
superiores a los demás, de sentirse un poco “príncipes”. Pero el trabajo de obispo es hermoso: debe estar delante
de los fieles, en medio de los fieles y detrás
de los fieles. Cuando era obispo en Buenos Aires era feliz. Era muy feliz. ¿Y cómo Papa? También. Cuando el Señor de pone allí, si aceptas hacer lo que el Señor te pide, eres feliz.
Sobre los
próximos viajes...
No hay
nada definido. En Italia espero poder ir algún
día a visitar a mis parientes en
el Piamonte, me gustaría ir con el avión, un solo día. El patriarca Bartolomeome
invitó a Jerusalén en ocasión de los cincuenta años del viaje de Pablo VI y del encuentro con Atenágoras, que sucedió allí. Hay una invitación del gobierno israelí y de la Autoridad Palestina. Por ahora no iré a América Latina: un Papa
latinoamericano que ya hizo el primer viaje a América
Latina. ¡Hasta luego! En este momento
la Argentina puede esperar. Hay que ir a Asia, a donde Benedicto XVI no pudo
ir. El 30 de noviembre quería ir a Constantinopla, para la
fiesta de San Andrés, pero no me es posible por
motivos de agenda. También hay una invitación a Fátima...
El Papa
que se siente “enjaulado”...
¡¿Saben cuántas veces he tenido ganas de ir por las calles de Roma?!
Me gusta tanto. Caminar es una de mis costumbres, era un sacerdote “callejero”. Pero estos de la Gendarmería son buenos, muy buenos, y ahora me permiten hacer
algunaque otra cosa más.
El
problema de la seguridad en Brasil
A propósito de todas las hipótesis que se hicieron sobre la
seguridad: no hubo ni un solo accidente en toda Río
de Janeiro en estos días. Y todo fue espontáneo. Con menos seguridad pude abrazar a la gente. Quise
confiar en un pueblo. Es cierto, que existía el riesgo de que hubiera algún loco, pero también está el Señor. No quise el coche blindado
porque no se puede blindar a un obispo de su pueblo. Prefiero la locura de esta
cercanía que nos hace bien a todos.
Sobre el
avión papal
Este avión no tiene cosas especiales, no hay cama. Hice una petición, con una carta o con una llamada, para decir que no quería lujos especiales en el vuelo.
Las
mujeres en la Iglesia
Una
Iglesia sin las mujeres es como el colegio apostólico
sin María. El papel de las mujeres es
el ícono de la Virgen. Y la Virgen
es más importante que los apóstoles. La Iglesia es femenina porque es esposa y madre. Se
debe seguir adelante, no se puede entender una Iglesia sin mujeres activas en
ella. Pongo un ejemplo que no tiene nada que ver con la Iglesia: para mí, la mujer del Paraguay es una mujer gloriosa. Después de la guerra (referencia a la sangrienta guerra entre
Paraguay y Brasil que comenzó en 1864 y terminó en 1870, ndr.) quedaba un hombre por cada ocho mujeres. Y
tomaron la decisión de tener hijos, de salvar la
patria, la cultura, la fe. En la Iglesia se debe pensar en la mujer desde esta
perspectiva. No hemos hecho todavía una teología de la mujer. Hay que hacerlo. En cuanto a las
ordenaciones de las mujeres, la Iglesia ha hablado y ha dicho que no. Juan
Pablo II se pronunció con una formulación definitiva, esa puerta está
cerrada. Pero recordemos que María es más importante que los apóstoles
obispos, y así la mujer en la Iglesia es más importante que los obispos y los sacerdotes.
La relación con Benedicto XVI
La última vez que ha habido dos o tres Papas juntos no se
hablaban, sino que luchaban para ver quién era el verdadero Papa. Yo a
Benedicto XVI lo quiero mucho, es un hombre de Dios, un hombre humilde, un
hombre que reza. Me puse feliz cuando fue elegido Papa, y luego vimos su gesto
de la renuncia... para mí es un grande. Ahora vive en
el Vaticano y hay algunos que me preguntan si me estorba. No, para mí es como tener a un sabio en la casa. Cuando en la familia
está el abuelo, lo veneran y lo
escuchan. Benedicto XVI no se entromete. Para mmí
es como tener al abuelo en casa, es mi papá. Si tengo una dificultad,
puedo ir a hablar con él, como hice con el gran
problema de “vatileaks”... Cuando recibió a los cardenales el 28 de
febrero para despedirse, dijo: entre ustedes está
el nuevo Papa, a quien yo, desde ahora, prometo mi obediencia. ¡Es un grande!
Sobre los
sacramentos a los divorciados que se han vuelto a casar
Es un
tema que vuelve siempre. Creo que ha llegado el tiempo de la misericordia, este
cambio de época en el que hay muchos
problemas incluso en la Iglesia, incluso en el testimonio no tan bueno de
algunos sacerdotes. El clericalismo ha herido a mucha gente y hay que ir a
curar a estos heridos con la misericordia. La Iglesia es mamá, y en la Iglesia se debe encontrar misericordia para
todos. Y no hay que esperar a los heridos, hay que ir a encontrarlos. Creo que
ha llegado el momento de la
misericordia, como había intuido Juan Pablo II que
instituyó la fiesta de la Divina
Misericordia. Los divorciados pueden hacer la comunión, son los divorciados en segunda unión los que no pueden. Hay que ver el tema en la totalidad de
la pastoral matrimonial. Abro un paréntesis: los ortodoxos, por
ejemplo, siguen la teología de la economía y permiten una segunda unión.
Cuando se reúna el grupo de los ocho
cardenales, en los primeros tres días de octubre, trataremos
sobre cómo seguir adelante en la
pastoral matrimonial. Estamos en camino para una pastoral matrimonial más profunda. Mi predecesor en Buenos Aires, el cardenal Quarracino,
siempre decía: “Para mí, la mitad de los matrimonios
son nulos, porque se casan sin saber que es para siempre, porque lo hacen por
conveniencia social, etc...”. También debemos estudiar el tema de la nulidad.
Todavía me siento jesuita
Los jesuitas
deben obedecer al Papa, pero si el Papa es jesuita, ¿a quién obedece? ¿Tal vez al superior general? Me siento jesuita como
espiritualidad, pero me veo como jesuita y pienso como jesuita, pero no hipócritamente.
El caso “Vatileaks”
Cuando
fui a ver a Benedicto XVI a Castel Gandolfo, vi que en la mesita había una caja y un sobre. Benedicto XVI me dijo que en la caja
estaban todos los testimonios de las personas escuchadas por la comisión de los tres cardenales sobre el caso “vatileaks”, mientras que en el sobre
estaban las conclusiones, el resumen final. Benedicto XVI sabía todo de memoria. Es un problema enorme, ¡pero no me espanté!
Los
ortodoxos
Las
Iglesias ortodoxas han conservado una liturgia muy hermosa. Nosotros hemos
perdido un poco el sentido de la adoración. Ellos adoran a Dios y le
cantan, no cuentan el tiempo. Una vez, hablando sobre Europa occidental y sobre
su Iglesia, me dijeron que “ex Oriente lux”, “ex Occidente luxus”, es decir del Oriente la luz, del Occidente el consumismo
y el bienestar que tanto daño hacen. En cambio, los
ortodoxos conservan esta belleza de Dios en el centro. Cuando se lee a
Dostoievsky, se percibe cual es el alma rusa y oriental. Nos hace mucha falta
este aire fresco del Oriente, esta luz.
Las
acusaciones contra Ricca, prelado del IOR
En el
caso de monseñor Ricca (el prelado del IOR
acusado inmediatamente después de su nombramiento de “conducta escandalosa” por hechos de hace 13 años, cuando prestaba servicio en la nunciatura de Uruguay,
ndr), hice lo que el Derecho canónico indica que hay que hacer:
una investigación previa. No se encontró nada de aquello de lo que se le acusaba. ¡No encontramos nada! Muchas veces en la Iglesia se van a
buscar los pecados de juventud y luego se publican. No estamos hablando de delitos,
como abusos en contra de menores, que son una cosa muy diferente, sino de
pecados. Pero si un laico, o sacerdote o monja ha cometido un pecado y luego se
convirtió y se confesó, el Señor perdona, olvida. Y nosotros
no tenemos el derecho de no olvidar, porque corremos el riesgo de que el Señor no se olvide de nuestro pecados. Muchas veces pienso en
San Pedro, que cometió el pecado más grave, renegó a Cristo. Sin embargo lo
hicieron Papa. Pero, repito, sobre monseñor Ricca no encontramos nada.
El lobby
gay
Se
escribe mucho sobre el “lobby gay”. Yo, hasta ahora, no he encontrado en el Vaticano a nadie
que haya escrito “gay” en su documento de identidad. Hay que distinguir entre ser
gay, tener esta tendencia, y hacer “lobby”. Los “lobby” todos, no son cosas buenas. Si una persona es gay y busca
al Señor con buena voluntad, ¡¿quién soy yo para juzgarlo?! El
Catecismo de la Iglesia católica enseña que no hay que discriminar, sino acoger. El problema no
es tener esta tendencia, el problema es hacer grupos, y esto vale tanto para
los “lobbies” de negocios, políticos o masónicos.