domingo, septiembre 30, 2012

Henrique and Hugoliath (The Economist)


IMAGINE an election in which the incumbent routinely commandeers the nation’s airwaves for endless campaign broadcasts while his opponent gets just three minutes a day. The incumbent uses all the resources of the state—money, vehicles, buildings—for his campaign, and he has branded state social-welfare programmes as his own personal gift. He controls the courts and the electoral authority. His opponent’s supporters fear that the ballot is not secret, and that for those of them who work in the public sector, voting against the incumbent could cost them their jobs. That is Venezuela’s presidential ballot on October 7th. No wonder that Henrique Capriles, the opposition candidate, calls the contest between himself and Hugo Chávez, who has ruled Venezuela for almost 14 years, one of David against Goliath, and that one of his allies says that the election will be “free but not fair”.

Yet despite all these unfair advantages, Goliath is threatened. Although he rules as an autocrat and has hollowed out Venezuela’s democracy, Mr Chávez’s legitimacy derives from the ballot box. That is both his greatest strength—and his biggest potential weakness. Unlike his idol, Fidel Castro, Mr Chávez has regularly held himself accountable to the voters, and so far always prevailed. There are two main reasons for that. Even his biggest detractors would have to concede that the president is a political communicator of genius, who enjoys a unique rapport with many poorer Venezuelans. Second, he has been fortunate that his rule has coincided with an unprecedented rise in the price of oil, his country’s main export. That has allowed him to shower tens of billions of dollars on social programmes, and to deploy largesse in order to pose as the champion of the downtrodden throughout Latin America. Had it not been for the oil boom, Mr Chávez would surely have long since become a footnote in Venezuelan history.

A convincing challenger

But there are clear signs that Mr Chávez’s appeal is finally fraying (see article). And so it should: by any objective standard, he has squandered his extraordinary oil windfall. His regime is corrupt and incompetent. His hounding of the private sector has made the country ever more dependent on the state oil company, which he has turned into a bloated all-purpose development agency. Venezuela’s infrastructure is decaying. Unchecked violent crime has made it one of Latin America’s most dangerous places.

For its part, the opposition has learned from its travails. It has put aside past squabbles and united behind Mr Capriles. He is sensibly trying to close Venezuela’s partisan divide by promising to maintain and improve most of Mr Chávez’s social programmes, while pledging to crack down on corruption and boost the economy by seeking the foreign investment the president has shunned.

For all these reasons, Mr Capriles deserves to win, and he just might do so. Although most opinion polls give the president a five-to-ten-point lead, many voters say they are undecided. And although the campaign has been unfair, the electronic voting system itself seems tamper-proof.

If Mr Capriles does win, it will be up to the army and the rest of Latin America to ensure that the result is respected. The unpicking of Mr Chávez’s Bolivarian Revolution would make for a difficult transition. Even if Mr Chávez prevails once more, he is unlikely to enjoy the sort of landslide he got in 2006. His health is uncertain and his pre-election spending binge will force him to tighten the purse-strings later this year. Win or lose, Latin America’s most controversial autocrat is a diminished figure.

lunes, septiembre 03, 2012

Wishful Thinking


ALVARO VARGAS LLOSA: Ah, Los Chilenos - Opinión

En los dos últimos años, se puso de moda decir que Chile había pasado de moda. El estallido estudiantil desbordó largamente el ámbito de la educación. Parecía que la izquierda radical había logrado contagiar a la clase media chilena el rechazo al modelo liberal. La impopularidad del Presidente parecía anunciar que el país iniciaría el desandar de todo lo avanzado en dos décadas.

Todo era una falacia. El modelo goza de buena salud y la sociedad respalda el sistema de libertad y responsabilidad individual.

Conversé con el presidente Piñera hace pocos días por espacio de una hora y lo encontré exultante. Las Parcas parecen sonreírle: la economía ruge como león, su popularidad recobra bríos poco a poco aunque sabe que nunca será un hombre muy querido, las iniciativas educativas han logrado separar la paja radical del trigo mesocrático aislando parcialmente a comunistas y anarquistas, y los índices de desigualdad disminuyen gracias a la creación de 700 mil puestos de trabajo en los dos últimos años mientras que el sector más vulnerable recibe ayudas solidarias insólitas en la centro derecha “desalmada”.

Quizá más significativa aún es la macro encuesta del Centro de Estudios Públicos sobre asuntos que incluyen las actitudes de los chilenos ante la riqueza. Desmiente con rotundidad que los chilenos recusen el modelo liberal. La mitad de los chilenos atribuye la subsistencia de una franja de pobreza a la falta de educación, un 37 por ciento a la “flojera y la falta de iniciativa”, y un 28 por ciento a vicios como el alcoholismo. Sólo el 28 por ciento la atribuye a razones que sugieren problemas propios del “modelo”. La mitad de los chilenos acepta que haya desigualdad si los hogares mejoran su nivel mientras que un 73 por ciento cree, en distintos grados, que debe premiarse el “esfuerzo individual” aunque genere una diferencia en los ingresos y 77 por ciento piensa, también en distintos grados, que la principal responsabilidad del sustento económico debe recaer “en las personas mismas”, “no en el Estado”.Estas actitudes no son ya de tercer mundo, sino de primero. ¡Qué digo de primer mundo! Hay países europeos donde no habría en una encuesta semejante resultados tan claros a favor del sistema liberal.

No es cierto, pues, que Piñera, un hombre intenso y que no tiene una simpatía desbordante a la manera de otros políticos, haya volcado a su país, por rechazo a él, hacia el socialismo radical.

Me dijo que mantiene la fe en que hacia el final de su mandato habrá acabado con la extrema pobreza –que ha caído bajo su gobierno de 3.7 a 2.8 por ciento–, reduciéndola a menos del 1 por ciento. “Si mantenemos el crecimiento anual de 6 por ciento”, me asegura refiriéndose al ritmo de aceleración económica de los dos últimos años, “hacia el final de esta década tendremos un per cápita de 24,000 dólares. Si Europa siguiera como hoy, nos pondríamos por encima de Grecia y Portugal.

Mientras que Brasil se desacelera y Argentina sufre una crisis, Chile y Perú son los que más crecen”.

Cuando Piñera tomó las riendas, Chile venía de sufrir un terremoto que devastó la tercera parte de los hospitales y escuelas, y mucho más. El 80 por ciento de lo dañado está reconstruido. El país soportaba un desempleo de casi dos dígitos, la pobreza había crecido dos puntos porcentuales y el país exhibía cansancio a pesar de la inmensa popularidad de Michelle Bachelet (que se mantiene incólume porque, como dice Piñera, ha sabido mantenerse “apartada” de la lucha política en estos años). Hoy, la pobreza cae nuevamente a 14.4 por ciento y eso que en Chile no se mide a partir de una valla más alta que la del Banco Mundial.

La cereza irónica de la torta chilena es que, acicateado por la protesta, el gobierno ha hecho cosas poco derechistas en temas sociales, como aumentar el presupuesto educativo en 40 por ciento (si incluimos el año que viene) y ampliar las ayudas, incluyendo la cuadruplicación de becas para la educación superior y la garantía de créditos a sólo 2 por ciento de interés a todos los estudiantes de universidades e institutos con excepción del 10 por ciento más rico. Para colmo ha adoptado una versión chilena del programa de ayudas condicionadas que da vueltas por toda la América Latina de izquierda y otorgado un bono alimenticio para paliar el aumento del precio de los alimentos, algo que pocos gobiernos socialistas han llevado a cabo a estas alturas.

Chile está de regreso. Mejor dicho, no se había ido. ¿Bastará esto para que el oficialismo gane las elecciones en 2013? Es improbable a estas alturas, pero es igualmente improbable que quien las gane se atreva a revertir un “modelo” que, aunque tiene varias reformas pendientes, goza de salud. Qué aburrido, perínclita Camila Vallejo, ¿no?

Escritor y ensayista peruano.

Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/09/01/v-fullstory/1290372/alvaro-vargas-llosa-ah-los-chilenos.html#storylink=cpy

jueves, agosto 23, 2012

A propósito de Assange. Por Fernando Savater

Transparentes abusos
De todo el asunto de Wikileaks, que espero sea por lo menos
rentable para sus promocionadores, lo único realmente importante
es que remacha la evidente imposibilidad de esconder nada en el
mundo actual: hagas lo que hagas siempre habrá una cámara
filmándote, escribas lo que escribas (a quien escribas y dónde
escribas) siempre terminará por salir a la luz pública. Como los
documentos sustraídos pertenecen a la diplomacia americana, nos
confirman que los americanos cuidan sus intereses, estudian mejor
o peor la realidad de acuerdo con ellos y procuran obtener ventajas
de los demás países: supongo que algo semejante habría salido a
la luz si los papeles hubieran sido de diplomáticos franceses,
rusos… o españoles. Si no, más vale despedirlos.
En cuanto a la relevancia de tales soplos, pues la misma que
garantías tenemos de su autenticidad: nula. Por ejemplo, este gran
titular: “EEUU desconfía de la capacidad de Zapatero para gestionar
la crisis”. O sea, como usted, como yo, como casi todos los
españoles. La noticia hubiera sido que el Departamento del Tesoro
americano considerase a Zapatero un genio de las finanzas, capaz
de sacar a su país y de paso a media Europa del abismo. Ese si
que sería un documento estremecedor, una amenaza para el
mundo libre. Afortunadamente, piensan lo mismo que nosotros. Y
en el resto de los temas, piensan lo que cualquier ser dotado de
razón podría suponer que pensaban, aunque a veces disimulan.
Como cada cual hace en su vida. ¡Bah!
De modo que Wikileaks es tan revelador en el terreno político
como el agujero de la cerradura respecto a la higiene íntima de las
personas. En cambio nos ha permitido conocer que gente
aparentemente razonable es partidaria de lo que llaman
“transparencia”, es decir el derecho de todos a saberlo todo: que no
haya secretos y reservas que puedan contrariar la curiosidad de
alguien…caiga quien caiga y perdamos en el camino lo que
perdamos. ¡Asombroso! Ateniéndome a mi experiencia personal: he
estado en muchos tribunales universitarios de cátedras o tesis que,
al ir a deliberar, invitaban a salir de la sala al público asistente, sin
saber que atentábamos contra doña transparencia; he asistido a
muchas reuniones editoriales en un gran diario, dando por supuesto
la confidencialidad de lo hablado y sin saber que pecaba de
antitransparente; por razones de seguridad llevo escolta policial y
confío en que no revele mis itinerarios por internet, aunque me temo
que habría interesados en conocerlos…por transparencia, claro.
Pues bien, las cosas claras. Hay dos tipos de transparencia,
la de gestión y la de opinión o deliberación. La primera es
imprescindible en democracia: queremos saber a qué destinan los
gobernantes nuestros impuestos, cómo defienden nuestras
garantías y derechos, cual es la justificación de sus decisiones
políticas, etc…; la segunda es una agresión totalitaria contra el buen
funcionamiento de las instituciones y la privacidad de las personas,
ocupen cargos públicos o sean simples particulares. Confundirlas
es parte de la actual imbecilización social, a la que no es ajena la
maquinaria espléndida pero a veces devastadora de internet. Última
observación: dejando aparte a Berlusconi, Putin, los hermanos
Castro y alguno más, no hay político que me resulte tan sospechoso
y tan poco fiable como el señor Julian Assange…y sus partidarios.


Fernando Savater

lunes, agosto 20, 2012

Paul Krugman vs Paul Ryan


An Unserious Man - NYTimes.Com

Mitt Romney’s choice of Paul Ryan as his running mate led to a wave of pundit accolades. Now, declared writer after writer, we’re going to have a real debate about the nation’s fiscal future. This was predictable: never mind the Tea Party, Mr. Ryan’s true constituency is the commentariat, which years ago decided that he was the Honest, Serious Conservative, whose proposals deserve respect even if you don’t like him.
But he isn’t and they don’t. Ryanomics is and always has been a con game, although to be fair, it has become even more of a con since Mr. Ryan joined the ticket.
Let’s talk about what’s actually in the Ryan plan, and let’s distinguish in particular between actual, specific policy proposals and unsupported assertions. To focus things a bit more, let’s talk — as most budget discussions do — about what’s supposed to happen over the next 10 years.
On the tax side, Mr. Ryan proposes big cuts in tax rates on top income brackets and corporations. He has tried to dodge the normal process in which tax proposals are “scored” by independent auditors, but the nonpartisan Tax Policy Center has done the math, and the revenue loss from these cuts comes to $4.3 trillion over the next decade.
On the spending side, Mr. Ryan proposes huge cuts in Medicaid, turning it over to the states while sharply reducing funding relative to projections under current policy. That saves around $800 billion. He proposes similar harsh cuts in food stamps, saving a further $130 billion or so, plus a grab-bag of other cuts, such as reduced aid to college students. Let’s be generous and say that all these cuts would save $1 trillion.
On top of this, Mr. Ryan includes the $716 billion in Medicare savings that are part of Obamacare, even though he wants to scrap everything else in that act. Despite this, Mr. Ryan has now joined Mr. Romney in denouncing President Obama for “cutting Medicare”; more on that in a minute.
So if we add up Mr. Ryan’s specific proposals, we have $4.3 trillion in tax cuts, partially offset by around $1.7 trillion in spending cuts — with the tax cuts, surprise, disproportionately benefiting the top 1 percent, while the spending cuts would primarily come at the expense of low-income families. Over all, the effect would be to increase the deficit by around two and a half trillion dollars.
Yet Mr. Ryan claims to be a deficit hawk. What’s the basis for that claim?
Well, he says that he would offset his tax cuts by “base broadening,” eliminating enough tax deductions to make up the lost revenue. Which deductions would he eliminate? He refuses to say — and realistically, revenue gain on the scale he claims would be virtually impossible.
At the same time, he asserts that he would make huge further cuts in spending. What would he cut? He refuses to say.
What Mr. Ryan actually offers, then, are specific proposals that would sharply increase the deficit, plus an assertion that he has secret tax and spending plans that he refuses to share with us, but which will turn his overall plan into deficit reduction.
If this sounds like a joke, that’s because it is. Yet Mr. Ryan’s “plan” has been treated with great respect in Washington. He even received an award for fiscal responsibility from three of the leading deficit-scold pressure groups. What’s going on?
The answer, basically, is a triumph of style over substance. Over the longer term, the Ryan plan would end Medicare as we know it — and in Washington, “fiscal responsibility” is often equated with willingness to slash Medicare and Social Security, even if the purported savings would be used to cut taxes on the rich rather than to reduce deficits. Also, self-proclaimed centrists are always looking for conservatives they can praise to showcase their centrism, and Mr. Ryan has skillfully played into that weakness, talking a good game even if his numbers don’t add up.
The question now is whether Mr. Ryan’s undeserved reputation for honesty and fiscal responsibility can survive his participation in a deeply dishonest and irresponsible presidential campaign.
The first sign of trouble has already surfaced over the issue of Medicare. Mr. Romney, in an attempt to repeat the G.O.P.’s successful “death panels” strategy of the 2010 midterms, has been busily attacking the president for the same Medicare savings that are part of the Ryan plan. And Mr. Ryan’s response when this was pointed out was incredibly lame: he only included those cuts, he says, because the president put them “in the baseline,” whatever that means. Of course, whatever Mr. Ryan’s excuse, the fact is that without those savings his budget becomes even more of a plan to increase, not reduce, the deficit.
So will the choice of Mr. Ryan mean a serious campaign? No, because Mr. Ryan isn’t a serious man — he just plays one on TV.
§
Let’s see if we can clear up a few things.
First of all, Paul Ryan and Mitt Romney are not the same person. They aren’t even related! Stop spreading rumors! Although they do sort of look alike and enjoy spending time together. Perhaps Mitt regards Paul as the sixth son he never had.
Ryan is the one who lives on the same block where he grew up. Romney is the one who lives above the car elevator.
Ryan is the one who spent his youth cooking hamburgers at McDonald’s. Romney is the one who used to enjoy dressing up as a police officer and playing fun pranks on his prep school friends. Neither one of them worked as a Wienermobile driver. Really, I don’t know where you get this stuff.
Ryan is the one who likes to catch catfish by sticking his fist into their burrows and dragging them out by the throat. Romney is the one who drove to Canada with his dog strapped to the car roof.
When it comes to the issues, both men are on the same page. Although the page does keep turning and you have to wonder how average voters can cope with all of the confusion.
Fortunately, polls suggest average voters have already decided who they’re going to support and, therefore, have no need whatsoever to try to figure out which page the Romney-Ryan campaign is on.
Practically the only person in America who claims to have no idea who he’s going to vote for is Senator Joseph Lieberman, who recently declared himself absolutely and totally undecided. People, do you think it’s possible that the entire presidential campaign is now being waged just for the benefit of Joseph Lieberman? On the one hand, that’s a real waste of about $1 billion. On the other, it’s exactly what Joseph Lieberman has been waiting for all his life.
Anyhow, about the issues:
Ryan is the one who requested stimulus money for his district, but he is sorry. The stimulus was a terrible thing, and Ryan had no intention of trying to glom onto a chunk of it. He thought he was just forwarding a constituent request for some ... constituent thing. Or four.
Romney is the one who hired undocumented workers to mow his lawn. Totally by mistake.
Ryan is the one who voted for a massive prescription drug Medicare entitlement, the Bush tax cuts and two wars without paying for any of them. He is even sorrier about this than he is about the stimulus.
Romney is the one who passed Obamacare before Obama. But it wasn’t the same thing at all because it happened in a state.
Both men want to make more big tax cuts that will be paid for with the closing of tax loopholes. They are in total, complete concurrence that the identity of these loopholes is not an appropriate topic for a presidential campaign.
Ryan is supposed to be the Tea Party hero and Romney is the one they hated so much they were actually willing to contemplate a Newt Gingrich presidency to avoid him.
But I’m not entirely sure we can trust the hard right to know what it wants anymore. This week in Florida, a Republican primary uprising knocked out Cliff Stearns, a superconservative veteran congressman who had campaigned on his efforts to kill off federal funds for Planned Parenthood and embarrass the Obama administration with an investigation into the Solyndra loans. That sort of bragging enraged the faithful by reminding them that Stearns was a Washington insider, and he lost to a newcomer named Ted Yoho.
Maybe Tea Party voters now only want to send people to Washington who will lack the capacity to get anything done. Personally, I’m kind of O.K. with that. Also, I like the idea of having a congressman named Ted Yoho, as well as the fact that Yoho describes himself as a “large animal veterinarian.” We don’t have many veterinarians in Congress, and you never can tell when a visiting heifer will come down with a medical problem.
All right, a little more about the issues.
Romney has a plan to make Medicare solvent forever. We know this because he wrote “Solvent” on the board at a press conference the other day.
Ryan used to have a plan to make Medicare solvent forever by taking it away from everybody under age 55 and giving them health insurance vouchers instead. But that was so 2011.
Now, Ryan and Romney are on the same page when it comes to Medicare, which is that it must be saved from the $716 billion in cuts President Obama wants to make over the next 10 years. Although that same $716 billion was in the budget plan that Ryan got the House to pass this year. But it’s not like he expected it to happen. “We would never have done it,” he told campaign reporters, desperate wretches condemned to roam the earth with calculators, endlessly searching for the Ryan-Romney page.

viernes, agosto 17, 2012

Carta a mis hijos cuando cumplimos 40 años de matrimonio. N° 4 y final.

diario de viaje 4

09-09-2007
17:00
De atraques y fin de fiesta




Hijos,

Ayer Helsinki, hoy en Mariehamn, Finlandia. Aprendimos que los finlandeses también hablan sueco. Helsinki interesante con buen comercio, Mariehamn la nada misma.
En Helsinki celebramos nuestro 40 aniversario de matrimonio. Respecto a los atraques, este crucero era de pocos puertos así es que no hubo tantos atraques. No obstante, como sí hubo estadías largas, nos mantuvimos atracados muchas horas, lo que no tiene mayores implicancias salvo para algunas mentes enfermas o cuerpos deficitarios de caricias.
La fauna que viajó con nosotros, aparte de añosa se prestaba para chismear por lo diversa. Venía un doble exacto de Hitler, también un  caballero de unos 80, de andar dificultoso, acompañado por una platinada de cuarenta, exuberante de siliconas y botox, ella siempre de blanco, irradiando virginidad. Otra doble, esta vez de la Imelda Marcos, que se dio el lujo de rechazar la comida en cada ocasión. Muchos gringos gigantones, medio pesados, que salvo un ‘hello’ de mala gana, no se interesaban mucho por nuestras electrizantes vidas. Ellos se lo perdieron.
Participé en un el torneo de putting, ganando un premio que agregaré proudly a mi sala de trofeos.
Estamos con agudo síndrome de fin de fiesta, mal preparados para empezar a pagar por el agua mineral y las tostadas. Hoy es nuestra última cena a bordo y ahogaremos nuestra pena en tragos multicolores hasta olvidar que existe el mundo real.
Nos quedarán una noche en Estocolmo y dos en París para partir el jueves a nuestro no tan malo condo en Chicureo.

Sailing to Stockholm, cariños de papá

Carta a mis hijos cuando cumplimos 40 años de matrimonio. N° 3.

diario de viaje 3

07-09-2007
19:00
From russia with love




Estamos zarpando de St Petersburg rumbo a Helsinki. Estuvimos tres días en la segunda ciudad rusa, con bella arquitectura, canales, y monumentales iglesias coronadas con cebollas de oro y colores.
Hace unos días, estuvimos en Tallin, Estonia, ciudad pequeña amurallada, la caminamos entera sacamos fotos y observamos que creen que los turistas son tontos a juzgar por lo que piden por sus souvenirs. Ni un dólar por ladrones.
Como notarán este diario está bien fome porque los excesivos maltratos de a bordo nos tienen resblandecidos. Además la KGB tenía interferido Internet, por lo que se me olvidaron muchas cosas agudas que iba a comentarles.
En nuestra estadía en St Petersburg tomamos 4 tours, todos muy bien hechos, con guías en inglés que hacen bien su oficio sin ponerle más color del necesario. La confusión que tengo de Catalinas, Nicolases, Pedros, Alexanders, zares y emperadores, los salva de recibir el relato de sus proezas. Lo que sí impresiona es estar en los lugares de estos países en que vaya que han pasado cosas. Un sitio de esta ciudad duró tres años, y sólo de hambre murieron 700 mil personas, si mi inglés no me falla. Mucha destrucción y reconstrucción.
El miércoles fuimos al ballet, tocó El Lago de los Cisnes, donde a pesar de mi pronóstico, me mantuve alerta, y no en suspenso como en aquel planetario de Londres. Harto bien bailan esas ñatas. En un toque de exquisitez de la organización del barco, tuvimos, post función, una interviú con la prima ballerina. Una flaca larga, buenamoza y tímida, que quería fotografiarse conmigo pero la bruja no nos dejó.
Hoy fuimos al museo Hermitage, grande, muy grande.
Uno de cada 10 o 15 autos es Lada, el resto europeos y japoneses. En las calles hay algunos avisos de Coca Cola, Pepsi, Kentucky Fried Chicken, Citibank, IBM, y cosas así, pero les falta comercio. No está ni Ripley ni el Líder.
Los de inmigración son unos jodidos. Sin visa no se puede pisar la ciudad. No obstante, a los pasajeros de cruceros nos dan un pase rojo, (resabios), siempre que se haya contratado un tour en el bote. Como hicimos 4 tours, entramos 4 veces a Rusia, obteniendo un pase cada vez. Aparte de comprar medallas y monedas antiguas, nos escapamos una vez al bajarnos del bus, y volvimos una hora más tarde. Un guiño mío a la rusa de la policía, y recobramos nuestra libertad a bordo. Es que un latino aquí mata.
Mañana estamos de aniversario de matrimonio, forty years, what a performance! Reservamos para el dinner el restaurant italiano donde tomaremos Chianti, con pastas y prosciuttos para iniciar los segundos cuarenta.

Besitos de papá

Carta a mis hijos cuando cumplimos 40 años de matrimonio. N° 2.

diario de viaje 2

03-09-2007
17:00
mar báltico



Tenemos reservas para la Lobster Dinner del Sábado 1°. Para estar en forma no almorzamos más que un tentempié en la piscina. Allí, en las reposeras hay toallas y chales. Algunos se empelotan y toman el sol gélido de otoño, los otros, de sweater  y tapaditos, bebemos nuestro vodka-tonic matutino.

Pero…

El imperio contraataca. Ella dejó su ropa unattended en la launderette y alguna matona capitalista se la sacó húmeda para ocupar la máquina.  Tuvo que volver la chilenita a tratar de secar su ropa con la plancha. Se demoró lo suficiente para agarrarse un mareo que la destruyó. Chao lobster dinner, triunfo de los poderosos. Contra el imperialismo valdrán todas las formas de lucha. Marido ejemplar le cuidó los gómitos y le compró unas pulseras antimareo en la boutique. Le pregunté a la gringa de metro ochenta que atendía si ella le creía a esas cosas. Amenazante me dijo que en media hora se recuperaría. Intimidado, asentí y le agradecí su convicción, (un chopazo de esa gringa y somos dos los enfermos). Insólito, pero a los treinta minutos sacó el habla la cuasi occisa. El tercer día, ella resucitó de entre los muertos e hicimos vida normal, navegando por el canal Kiel, un canal man-made de 100 Km. de largo que se mete en Alemania para aparecer en el Báltico. Tiene exclusas para absorber los desniveles de las aguas, es angostito, y el buque va lento y en cola con muchos otros. En los bordes, alemancitos y alemancitas pasean en bicicleta, y más atrás se ven las casas costeras y potreros con vacas que mugen en alemán (dicen).

Así, después de un día Domingo de recuperación llegamos a hoy Lunes con navegación bastante plácida por el Báltico.

Atracaremos mañana en Tallinen , Estonia, lugar que, como comprenderán, estaba primero en mi lista de ciudades por conocer. Ya verán los estonios cómo aportan los chilenos a esa cultura. Al menos una pichadita les dejaremos.

Seguimos disfrutando las exquisiteces de abordo, y leyendo mucho, ya que después del desayuno quedamos desocupados.

Los recordamos mucho, esperamos que se manifiesten, Pablo, muy escueto que se explaye en alguno de los numerosos temas que domina. Tomás que afine su nuevo bote para que justifique la inversión, y que al menos acuse recibo de los mails porque si no se cumplirá lo que a sus espaldas murmuran sus hermanos que se quedará fuera del Trigal y de otras herencias hoy en demolición. Felipe, amo del universo, sostén de Claro y Cía, congratulaciones por la performance náutica, Bosé decía ‘ser segundo es perder…’ Nico sí nos escribió, ¡bravo Niquito! Te llevaremos de esas muñecas rusas que se encajan unas en otras. Pacita, mater admirabilis, amamanta a esa arpía de tu hija y búscate otra peruvian de remplazo. Manenita, un picapoto allí.

Papá