martes, junio 30, 2015
A Propósito de Huelgas Largas
jueves, junio 18, 2015
Comentario a un programa radial de Lavín y E. Matthei
¿Se puede ganar la guerra así?
¿Con dos buenos soldados disparando igual como ocurre en las sobremesas de los opositores?
Nada más inefectivo.
Mientras tanto, los que gobiernan, que tienen el poder y los votos, aprueban leyes nefastas.
¿Dónde está la oposición? Me pregunto por la oposición y no por los opositores que son hoy mayoría.
A los opositores se les encuentra en todos lados, pero la oposición, esa organización política que propicia un proyecto alternativo, no está en ninguna parte.
¿Por qué? Fácil. Porque las ambiciones personales superan con mucho el cariño por Chile.
Piñera al aguaite, dañado por las irregularidades en Chilevisión, esperando ser la única alternativa.
Allamand buscando ser el elegido por algún golpe del destino, Hernán Larraín mostrando liderazgo débil y ahogado en líos de boletas. Kast, esperando que lo inflen, y, la Evelyn, honesta, pero sin apoyo de los partidos, disparando de la trinchera en que la pongan mientras el país se desmorona.
Imagino una oposición articulada, con una voz, con un proyecto, con valentía defendiendo las bondades de la libertad. Imagino lo fácil que es en el terreno de las ideas, dada la coincidencia de pensamiento de los partidos de derecha.
No obstante, nada de eso se ve, sólo desarticulación y francotiradores que ocasionalmente matan a un gorrión como Peñailillo, pero que no significan una oferta al país que los observa.
Al otro lado, comunistas y decés, en una convivencia insólita, dan clases de manejo político para mantener el poder. Dañan a medio mundo, pero a fin de mes están las dietas y viáticos esperando y así ha sido por muchos años.
viernes, enero 23, 2015
Para superar el ingreso medio (David Gallagher)
Para superar el ingreso medio
Con razón se habla de la trampa del ingreso medio. Es casi imposible superarla. Porque cuando un país llega a esa etapa, las prioridades cambian, y los esfuerzos por crecer aflojan. La gente ya tiene satisfechas sus necesidades básicas, sin entender mucho con qué políticas públicas lo logró, y en vez de esa abstracción que es el crecimiento, quiere más bienestar. Por otro lado las penurias de antaño se olvidan; y los bienes materiales adquiridos no atraen tanto como cuando eran inaccesibles, sobre todo si se compraron con deuda. Para muchos jóvenes, estos bienes llegan incluso a parecer superfluos, y les brota una nostalgia romántica por un pasado anterior al consumo, uno de vida simple, donde todos éramos solidarios y no era necesario competir.
Frente a eso ¡qué difícil defender el capitalismo! Con la desigualdad que parece acarrear. Con sus crisis, como la de 2008-9, que todavía tiene a más de un tercio de los españoles jóvenes sin trabajo. Con la caótica volatilidad de sus precios clave, como recién el del petróleo. Con empresarios coludidos o fraudulentos, con afán de adueñarse de la política. No solo en Chile. En el Reino Unido, hubo bancos que se coludieron hasta para manipular la tasa LIBOR; y en Estados Unidos, Obama no logra subir el magro impuesto que pagan algunos mega ricos, por su influencia como financistas de los republicanos.
¿Cómo se defiende el capitalismo en esas circunstancias? ¿Con un dictamen como el de Churchill sobre la democracia, cuando dijo que era "el peor sistema de gobierno, con excepción de todos los demás"? ¿Con el argumento de que el ser humano propende a ser flojo y abusador, y que por tanto es vital darle los incentivos que ofrece la propiedad privada, y a la vez obligarlo a competir, bajo el imperio de la ley? Difícil que no suene más atractivo aquel socialismo que apuesta al amor fraternal, a una sociedad motivada por incentivos morales, donde la ley es apenas necesaria.
Claro que ese socialismo ideal nunca ha existido, y es falaz contrastarlo con el capitalismo real. El verdadero socialismo con que habría que compararse es el de Cuba o el de Venezuela. Pero siempre habrá quienes objeten que esos países solo equivocaron el buen camino.
Tal vez haya una importante lección allí. Los seres humanos seremos egoístas pero también nacemos con un profundo sentido de la justicia, e insistimos en querer vivir en una sociedad justa y moral. Por eso no basta cuando la derecha promete nada más que buena gestión, y el capitalismo nada más que crecimiento. Es imperativo demostrar la moralidad inherente al mismo capitalismo de mercado; y cuando esta se queda corta, legislar para que aflore.
Habría que comenzar explicando mejor los fundamentos morales de la competencia y de la propiedad privada. Pero con eso no basta. Cabe, también, que los empresarios asuman el profundo sentido de responsabilidad social que les corresponde tener, la gratitud que les debería nacer, las ganas de retribuirle a la sociedad que ella les debería despertar. Lo que en Estados Unidos llaman "give back". Es lo que en ese país inspira a filántropos como Bill Gates y Warren Buffet, quienes han montado un "club" de -hasta ahora- 128 billonarios, todos dispuestos a donar como mínimo la mitad de su patrimonio. Por algo es tan poco cuestionado el capitalismo en Estados Unidos, a pesar de sus ocasionales desmanes.
Es imposible pasar a ser un país de ingresos altos sin un robusto capitalismo de mercado. Para eso los políticos tienen que mantener firme el timón cuando hay crisis o cuando cambian las modas. Pero es igual de imprescindible que los empresarios sean nobles y generosos; que se conviertan en ejemplos inspiradores para la sociedad.
lunes, noviembre 24, 2014
El duro análisis de Evelyn Matthei: "El problema es la Presidenta y sus asesores del segundo piso, Atria y Güell"
Por ello, a su juicio, no sirve de nada un cambio de gabinete. Dice estar "impresionada de la incapacidad" de Bachelet y teme que "va a entregar un país estancado y dividido" al final de su período. Anuncia su regreso a la política para 2015 o 2016 y aunque aclara que no hay nada definido, asegura que le ganaría a Carolina Tohá en Santiago. Tampoco desecha del todo volver a ser una carta presidencial.
Olga Bustamante | Política | 05:00 hrs
Si bien nunca se fue definitivamente, Evelyn Matthei pareciera estar de vuelta, y con todo. Tras la dura derrota que sufrió en la elección de diciembre de 2013 como abanderada de la centroderecha frente a Michelle Bachelet, se dedicó este año a la docencia en un colegio “Matte”, lo que la mantuvo -por decisión propia- en una segunda línea. Pero según sus propias palabras “este gobierno ha resultado ser un desastre tan brutal”, que considera inesquivable volver a la política activa (ver pág. 6) y alzar la voz. Y en esto último, como siempre directa y frontal, su juicio es lapidario: “La principal falencia de Chile hoy día es la Presidenta Bachelet”, asegura, y advierte: “Va a reventar el país, va a reventar el prestigio de sus ministros”.
Economía y sector privado
Candidatos presidenciales
domingo, noviembre 16, 2014
Marchar (Columna en blog de t13.cl por mi hijo Pablo)
Marchar
"No se me ocurriría mofarme de padres que defienden marchando lo mismo que reciben mis hijos a través de los colegios privados a los cuales asisten."Pablo Larraín
martes, octubre 21, 2014
La Nueva Mediocridad
Opinión: La Nueva Mediocridad
El nuevo "relato" es muy simple (y muy falso), pero muy dañino: "En Chile las personas tienen ingresos desiguales, lo cual es injusto. La causa de esto es el sistema económico o, lo que es lo mismo, los empresarios o los ricos. Y, dado que ellos (los ricos, los empresarios) son culpables de aquello, hay que quitarles ingreso y redistribuirlo".
Mientras en el Chile Day de Londres todo es armonía entre gobierno y empresarios, en el país la situación entre ambos es, por decir lo menos, tensa. La culpa de todo la tiene el "relato" del gobierno, como les gusta decir a los políticos, que está haciendo estragos en las filas empresariales.
El nuevo "relato" es muy simple (y muy falso), pero muy dañino: "En Chile las personas tienen ingresos desiguales, lo cual es injusto. La causa de esto es el sistema económico o, lo que es lo mismo, los empresarios o los ricos. Y, dado que ellos (los ricos, los empresarios) son culpables de aquello, hay que quitarles ingreso y redistribuirlo".
La del gobierno no es una prédica intrascendente. Afecta, en primer lugar, el prestigio de un grupo de gente –los empresarios– que es importante para lograr los aumentos del producto y el empleo necesarios para seguir disminuyendo la pobreza. En segundo lugar, y más importante que lo anterior, el criterio de equidad afecta negativamente el necesario incentivo que se requiere para desatar el esfuerzo creativo de los hombres para mejorar su condición. Por algo el Financial Times señaló que la economía chilena es la que mejor encarna la nueva mediocridad.
El gobierno nunca ha sido muy claro respecto de cuáles serían "los ingresos justos". A lo más, ha señalado que el objetivo que se pretende es la equidad.
¿Que es la equidad? Miro en el diccionario y leo: "Cualidad que mueve a dar a cada uno lo que merece en función de sus méritos o condiciones". La verdad es que la definición no ayuda mucho a esclarecer qué es lo que pretende el gobierno.
Varias preguntas. Primera: ¿quién determina lo que es equitativo? La respuesta es: el gobierno, por supuesto. Algún iluminado burócrata que ha visitado el paraíso y conversado con los dioses deberá determinar cuánto corresponde quitarles a algunos para darles a los otros. ¿En qué basará su determinación? Probablemente en nada muy racional. Básicamente, en sentimientos o percepciones del momento –de odio, amor, envidia– respecto de los más ricos.
Segunda pregunta: ¿es equitativo que Alexis Sánchez gane un millón de dólares al mes? La teoría económica hace rato que contestó esa pregunta. Es racional. El mercado remunera a las personas según el aporte que realizan. Alexis mete goles, gana campeonatos y vende camisetas. El Arsenal gana muchísima plata con Alexis, razón por la cual está dispuesto a pagarle un sueldo tan alto.
Tercera pregunta: ¿sería más justo bajarlo de los patines, a Alexis, como predica el ministro Eyzaguirre? No, de ninguna manera. Haga una cosa positiva: suba a los patines a otros jugadores jóvenes para que compitan con Sánchez.
Cuarta pregunta: ¿es equitativo que Alexis gane más que Valdivia, otro verdadero genio del fútbol? Para su información, Alexis se porta mejor, se cuida más, entrena con harta más dedicación, hace dieta sana, se acuesta temprano, se levanta de madrugada a hacer ejercicios, y es simpático, no conflictivo. En suma, aporta más.
Quinta pregunta: ¿sería más justo que Valdivia ganara lo mismo que Alexis? Al respecto, los expertos indican que si Valdivia tomara la decisión de trabajar tanto y fuera tan disciplinado como Alexis, los sueldos de ambos serían muy parecidos. Por lo tanto, en vez de quitarle a Alexis, sería mucho mejor decirle a Valdivia que se pusiera las pilas, que aportara más.
Y si usted todavía no esta convencido de todo esto, yo solo le puedo agregar que a Alexis nadie le "distribuyó" la plata que el gobierno quiere quitarle para "redistribuirla" a otros. Alexis ha trabajado duro desde muy niño y se ha ganado, peso por peso, todo su dinero.
Mis profesores en la Universidad de Chicago, todos genios, trabajaban una enorme cantidad de horas diarias y publicaban muchos y muy sesudos artículos en la frontera del conocimiento.
De aquellos que estaban en el departamento de economía en ese tiempo, cinco de ellos –Lucas, Becker, Fama, Stigler y Schultz– ganaron el Premio Nobel de Economía. ¿Es eso equitativo? Tampoco a ellos nadie les distribuyó o regaló el Premio Nobel. Lo obtuvieron debido a que poseían condiciones excepcionales de inteligencia (todos no somos iguales) y trabajaron más duro que los demás durante muchos años.
Ninguno de ellos nació en cuna de oro. La madre de Friedman, por ejemplo, llegó desde Ucrania a Estados Unidos a la edad de 14 años y trabajó desde muy joven como costurera en un taller de confección de ropa, con pésimas condiciones laborales.
En una entrevista que dio a una famosa revista, Friedman señala que: “Esos talleres y el trabajo infantil eran mucho más el resultado de la pobreza existente que del laissez fair. Nosotros en Estados Unidos ya no tenemos ese tipo de pobreza, gracias a que el sistema de empresa libre nos permitió llegar a ser ricos. Durante ese período, millones de inmigrantes sin un peso en el bolsillo vinieron desde afuera, nada más que con sus manos, y gozaron de una enorme mejoría en sus condiciones de vida. A mi madre solo le fue posible emigrar a Estados Unidos debido a que existían esos talleres donde pudo obtener un trabajo. No se quedó mucho tiempo allí. Tampoco lo hizo la mayoría de los otros que vinieron con ella. Si en ese tiempo hubiésemos tenido la ley de salarios mínimos y todo el entramado de leyes del Estado de bienestar, tal como existen ahora, la mitad de los lectores de esta revista o no existirían o serían habitantes de Polonia, Hungría u otro país. Y, por supuesto, tampoco existiría esta revista".
A los empresarios tampoco les han regalado la plata. A pesar de que últimamente van una vez al año a Londres o a Nueva York junto a funcionarios de gobierno a celebrar el Chile Day, la vida de los empresarios en Chile es bastante difícil. Su actividad se valora poco y nada. Además, muchas veces son víctimas del resentimiento y de la envidia. A pesar de ello, los empresarios chilenos se destacan. En su gran mayoría han ganado su dinero de manera honesta. Y todos ellos, sin excepción, han debido luchar duro contra la competencia, la burocracia, la regulación y el mal ambiente, para dar trabajo y mejores condiciones de vida a los chilenos.
Algunos, haciendo gala de mucha creatividad y trabajo duro, han tenido éxito. Otros tantos han fracasado. Los que progresaron, lo hicieron asumiendo riesgos políticos y económicos y emprendiendo variados proyectos que les han cambiado la cara a Chile y a los chilenos. Ellos se han ganado su plata trabajando para Chile.
En los últimos 40 años, gracias a la operación de la economía libre, se han superado los severos niveles de pobreza de antaño, las altas tasas de inflación y el permanente estancamiento económico. Hemos sido espectadores privilegiados de cómo la economía de mercado libre ha permitido aumentos sustanciales y sin precedentes del nivel de vida de los chilenos más pobres. Miles de ciudadanos modestos pero trabajadores de muchos países vecinos eligen a Chile para comenzar a vivir una nueva vida.
El gobierno actual, sin embargo, está empeñado en modificar de manera profunda los factores que han sido responsables del progreso alcanzado. Si en el pasado hubiésemos tenido los impuestos al nivel en que están actualmente, y hubiésemos aplicado toda la batería de medidas con las cuales hoy se nos amenaza, yo estoy seguro que no seriamos muy diferentes de Venezuela o Cuba y, obviamente, ningún ciudadano de otro país querría trasladarse a Chile a vivir y a trabajar.
Alvaro Vial Economista