jueves, junio 18, 2015

Comentario a un programa radial de Lavín y E. Matthei

Un Lavín mesurado con una Matthei desmesurada, disparan desde su trinchera.
¿Se puede ganar la guerra así?
¿Con dos buenos soldados disparando igual como ocurre en las sobremesas de los opositores?
Nada más inefectivo.
Mientras tanto, los que gobiernan, que tienen el poder y los votos, aprueban leyes nefastas.
¿Dónde está la oposición? Me pregunto por la oposición y no por los opositores que son hoy mayoría.
A los opositores se les encuentra en todos lados, pero la oposición, esa organización política que propicia un proyecto alternativo, no está en ninguna parte.
¿Por qué? Fácil. Porque las ambiciones personales superan con mucho el cariño por Chile.
Piñera al aguaite, dañado por las irregularidades en Chilevisión, esperando ser la única alternativa.
Allamand buscando ser el elegido por algún golpe del destino, Hernán Larraín mostrando liderazgo débil y ahogado en líos de boletas. Kast, esperando que lo inflen, y, la Evelyn, honesta, pero sin apoyo de los partidos, disparando de la trinchera en que la pongan mientras el país se desmorona.
Imagino una oposición articulada, con una voz, con un proyecto, con valentía defendiendo las bondades de la libertad. Imagino lo fácil que es en el terreno de las ideas, dada la coincidencia de pensamiento de los partidos de derecha.
No obstante, nada de eso se ve, sólo desarticulación y francotiradores que ocasionalmente matan a un gorrión como Peñailillo, pero que no significan una oferta al país que los observa.
Al otro lado, comunistas y decés, en una convivencia insólita, dan clases de manejo político para mantener el poder. Dañan a medio mundo, pero a fin de mes están las dietas y viáticos esperando y así ha sido por muchos años.

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