jueves, octubre 16, 2014

Meter la mano en la caja

Meter la mano en la caja

Imaginemos que todo el asunto de las tarjetas de Caja Madrid hubiera sido un experimento, una especie de estudio sociológico sobre conducta o comportamiento humano. Se incluyeron 86 participantes, de diversas procedencias y diversa ideología política. El supuesto del que se partía era: aquí tenéis una caja llena de dinero, que en principio no es vuestro pero que será vuestro en cuanto lo toméis, y podéis tomar lo que os parezca y cuando os parezca sin que tengáis que dar ninguna explicación y sin que ello tenga ninguna consecuencia. El resultado es lo que estamos viendo: 82 sucumbieron a la tentación y metieron la mano, algunos las dos manos y a manos llenas, y solo cuatro resistieron. El resultado es demoledor en lo que se refiere a la condición humana. La codicia vence por goleada sobre la honestidad. Ahora imaginemos, solo por un momento, en hacer extensivo este caso a la totalidad de cargos, gobernantes y gestores de lo público, comenzando por Ayuntamientos, que durante años pudieron pensar que el contenido de la caja, que no era suyo, podía pasar a ser de su propiedad solo con tomarlo, y sin que ello tuviera ninguna consecuencia. Prefiero no imaginarlo.— Sebastián Fernández. (El País)

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