Frondosa e inútil delegación a La Haya
(De www.eldiario.net de Bolivia)
Los días precedentes estuvieron cargados por todo lo que se dijo que se haría para las gestiones ante el Tribunal Internacional de La Haya. Todo culminó con el hecho de que partió una delegación muy numerosa presidida por el Canciller de la República e integrada por el ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, designado recientemente como “responsable de los planteamientos que se hagan en relación con el problema marítimo”.
La numerosa delegación estuvo integrada por el Canciller, varios ministros, ex ministros y, por supuesto, personajes del MAS que tienen funciones en la burocracia gubernamental. El hecho, por lo insólito, alarmó a la comunidad nacional que, desde todo punto de vista, considera como inútil semejante despliegue de funcionarios oficiales que si bien ocupan cargos en el Gobierno, seguramente no saben ni entienden lo que vayan a hacer en el Tribunal Internacional cuando se sabe que solamente hay que entregar el documento y, a lo más, presentar al embajador Rodríguez Veltzé como responsable de las gestiones que vayan a efectuarse.
La extrañeza es grande porque, en primer lugar, el embajador Rodríguez, ex Presidente de la República, recién fue posesionado hace pocos días; segundo, él, como responsable, debió escoger a su personal -sin fijarse en militancias y cuestiones partidistas- y prácticamente, desconociendo su investidura, se designó a personas que nada tienen que ver con el caso (aunque el problema marítimo sea de interés de todos los bolivianos); tercero, el documento se lo debió presentar después de serios estudios, análisis pormenorizados, acumulación de antecedentes y examen de documentos, de casos similares que haya habido en el mundo sobre presentación de reclamos, etc.; cuarto, la delegación está integrada por personas ajenas, sólo con pocos conocimientos históricos, y, en algunos casos, con personas cuyos antecedentes no son respetables (casos Chaparina, lucha anticorrupción, por ejemplo).
La verdad es que el caso se presenta como un “show” a representarse por malos actores, y todo con fines netamente demagógicos y populistas que, en vez de mostrar posiciones ajustadas a la verdad y la justicia, lo que hace es darle más razón a Chile que ha preparado sus respuestas con la anticipación, cuidado, esmero, dedicación y responsabilidad durante mucho tiempo. Esta vez más, jugamos en nombre del país un triste papel, en el que el protagonista principal es un ex Presidente que, en todo caso, debió cumplir, desde el comienzo, una posición más digna estudiando el caso, sometiendo el problema a juristas, ex cancilleres, ex presidentes de la República y hombres probos y especialistas en derecho internacional y, recién, luego de mucho tiempo, hacer la presentación respectiva que, además, con seguridad que La Haya tomará mucho tiempo en verlo y, mucho más, en resolver lo que buscamos o desestimar nuestros reclamos.
Lamentable es que en este problema, Chile -aun sin tener razón- esté mejor preparado y sepa encarar un asunto que es vital por su importancia.